DESCRIPCIÓN DEL TEMPLO 

 

   En el frente de una amplia lonja, cerrada de verjas de hierro y con pilares de granito coronados de jarrones de este mismo material, orientada al Sur se levanta la fachada principal del templo, de piedra berroqueña labrada, que está adornada por ocho pilastras con capiteles compuestos y dos torrecillas que se levantan a ambos lados. Sobre las cuatro pilastras centrales se levanta un ático rematado en frontón triangular en el que hay una ventana con vidriera representando a Sta. Bárbara sobre la cual se ven las armas reales. Sobre el frontón una gran cruz de piedra flanqueada a los lados por dos ángeles de rodillas en actitud de adoración,  en los extremos dos pebeteros y a ambos lados de la ventana dos tableros con guirnaldas y angelitos.

   La fachada tiene tres accesos, el central cuadrado y los laterales coronados en arcos de medio punto que dan ingreso a un pórtico en el que se encuentra la puerta principal del templo y dos laterales que comunican con las dependencias del mismo. Sobre el acceso central y en el intercolumnio se ve un gran medallón representando la Visitación de Ntra. Sra. en mármol blanco de Carrara de diez pies y medio de diámetro obra, como los demás relieves de la fachada de Giovanni Domingo Olivieri; sobre los arcos laterales unos incensarios  y en los siguientes intercolumnios en la parte baja sendos tableros con angelitos sosteniendo, según se mira, el de la izquierda  las tablas de la ley y el de la derecha una gran cruz. Sobre ellos dos hornacinas que en su parte superior tiene dos ventanas que dan luz a ambas escaleras interiores y que casi se ocultan por las dos esculturas que ocupan las citadas hornacinas, a la izquierda S. Francisco de Sales y a la derecha Sta, Juana Francisca Fremiot de Chantal , fundadores de las religiosas Salesas; obra del escultor Alfonso Vergaz realizadas con posterioridad a la construcción principal.

   Haciendo ángulo recto con esta fachada y orientada al Oeste está situada una de las fachadas del monasterio, hoy Palacio de Justicia, en cuyo centro se encontraba un acceso al convento sobre el cual existe una hornacina con las figuras de la Sagrada Familia, obra también de Olivieri, y muy parecida a la que se encuentra en el coro  bajo, hoy  capilla reservada; dicho acceso  al rebajar el nivel de la lonja quedó convertido en ventana.

   La fachada Oeste del templo, hoy calle de General Castaños, era la perteneciente a la sacristía y residencias de los capellanes así como estancias de la Reina y acceso al palco real. Esta fachada que se conserva tal como fue construida, era similar al resto de fachadas del monasterio, sin embargo hoy en día estas últimas no tienen apenas parecido después de la reconstrucción del monasterio subsiguiente al incendio de 1915 realizada por los arquitectos Joaquín Rojí y López Calvo.

   La lonja que precede  a la fachada principal y su cerramiento pasó por sucesivas reformas ya que en un principio la cota  de la misma era la de la puerta principal del templo al igual que las rejas y la entrada de las mismas situada al Sur.  Con la reordenación de las calles de General Castaños y Bárbara de Braganza en el siglo XIX  en la confluencia de ambas calles bajó considerablemente la cota del terreno inicial, con lo que tanto las verjas como la entrada, quedaron a una altura superior al nivel actual. En principio este desnivel se resolvió construyendo una escalera de doble tiro delante de la puerta de la verja dejando esta a la misma cota que se había construido, pero posteriormente hacia 1920 el cerramiento de la lonja se bajó al nivel de las calles y la lonja se niveló en terrazas dando origen a la amplísima escalinata que podemos observar hoy en día. Así mismo se abrió una puerta lateral al Oeste de esta verja de cerramiento. Esta  obra fue realizada  por el arquitecto Miguel Durán Salgado.

   El interior de la nave de la iglesia consta de una sola nave en forma de Cruz tiene 155 pies de largo y 37 de ancho, el crucero del mismo ancho por 80 pies de largo y la altura del pavimento a la bóveda es de 60 pies y 131 hasta el centro de la cúpula. El pavimento es de jaspe de diferentes colores formando dibujos geométricos, al igual que la sacristía; para subir al presbiterio existen tres gradas de jaspe amarillo y otras tres para llegar al altar mayor.

   El frontal de la mesa del altar mayor lo forman dos tableros de mosaicos de flores, realizados en Roma, y en el centro las iniciales de los Reyes sobre lapislázuli, rodeadas de nubes y cabezas de ángeles.

   El retablo entre seis columnas de serpentina verde, en dos grupos de tres, una delante y dos más atrás, con basas y capiteles de bronce dorados a fuego, dan cobijo a un lienzo de veinte pies de altura representando a la Visitación de Ntra. Sra. enmarcado en bronce dorado a fuego y coronado por las armas reales del mismo material. Este lienzo fue pintado en Nápoles  por Francisco de Mura.

   Al lado de las columnas y a la altura de sus pedestales existen unas ménsulas que soportan las estatuas en mármol blanco de San Fernando y Sta. Bárbara de ocho pies y medio de alto. En la parte superior del retablo y en su parte central se encuentra una escultura de San Francisco de Sales de rodillas rodeado de nubes y cabezas de ángeles y sobre ellos un sol de rayos con el símbolo de la Trinidad, en el centro también de bronce dorado al igual que la gran corona que descansa sobre todo el conjunto. A ambos lados y sobre los dos grupos de columnas se encuentran las representaciones de la Religión y de la Caridad. Todas estas esculturas del retablo son obra de Olivieri.

   A ambos lados del presbiterio entre dos columnas de mármol morado de Cuenca se encuentran sendas puertas, la de la izquierda según se mira al altar da acceso a la sacristía  es de caoba con adornos dorados; sobre ellas una tribuna  dorada y cerrada con cristales que en su cenit luce el escudo real y que se comunicaba con las habitaciones del palacio. Frente a esta puerta está la del coro bajo, hoy capilla reservada, que en su principio era una amplia reja que desapareció, colocándose en parte del hueco una doble puerta de cuarterones, sobre ella un medallón con el Niño Jesús y dos pebeteros a los lados.

   Existen cuatro altares laterales, dos en el crucero y otros dos en la nave, con dos  columnas de serpentina de 35 pies de altura y capiteles de mármol blanco dorado a fuego, están todos rematados en un frontispicio con ángeles y flores y albergan en el intercolumnio  cuatro lienzos realizados  al óleo, el del crucero del lado de la sacristía representa San Fernando recibiendo las llaves de Sevilla, pintado por Carlos José Flipart, pintor de cámara del rey; en el lado opuesto, hoy altar del Santísimo, el lienzo representa a San Francisco Javier y Santa Bárbara adorando al Niño Jesús obra de Francisco de Mura; en el mismo lado de este último, y  ya en la nave, un lienzo que representa a San Francisco de  Sales y Santa Juana Chantal adorando al Corazón de Jesús, obra de Conrado Giaquinto, el el lado opuesto representando el Nacimiento del Señor  es obra del pintor Francisco Cignaroli, todos estos lienzos encuadrados en mármol blanco dorado al fuego.

   Las cuatro pechinas de la cúpula lucen frescos representando a los cuatro Evangelistas y el resto de las bóvedas pasajes de la vida de San Francisco de Sales y de la Virgen María pintados por Luis González Velázquez.

   El púlpito, una pieza barroca adornada con ángeles e incensarios, es de una gran belleza.

   El coro alto, situado a los pies  de la nave tiene una barandilla tallada en mármol blanco con dibujos que la calan por completo.

   En este coro se encuentra un órgano construido en Nápoles por Fray José de Monticelli por encargo de Farinelli, consejero de Hacienda de su Majestad. El mueble con adornos dorados y coronado con las armas reales fue realizado en Madrid, según algunos autores, por Carlier u Olivieri. Actualmente se encuentra fuera de servicio y en espera de costosa restauración.

   El coro bajo situado a la altura del altar mayor y frente a la sacristía es del mismo estilo que el templo y se comunicaba con este último por una reja, hoy desaparecida como ya hemos indicado. Al lado opuesto una hornacina con la Sagrada Familia labrada en mármol blanco obra de Olivieri y muy similar a la de la puerta reglar. A ambos lados de este grupo escultórico hay dos puertas, hoy armarios y anteriormente accesos al convento. A mitad de la sala y a ambos  lados dos grandes ventanales que dan luz al conjunto. Sobre las puertas, al fondo opuesto y en la bóveda pequeños frescos; en uno de los muros un lienzo representando a la Virgen con el Niño y San Juan presumiblemente de Juan Nepomuceno Croçe, que fue restaurado en 1997 dado su muy lamentable estado de conservación. Frente a este lienzo una pequeña puerta de dos hojas que comunica con el pasillo lateral.

   El pavimento de esta estancia es de maderas nobles con preciosos dibujos geométricos realizados en los diversos tonos de las maderas y lateralmente dos franjas reconstruidas en  1967 para igualar el pavimento en las zonas que faltaba este y que ocupaba la sillería del antiguo coro.

   Según se entra desde el altar mayor y a la derecha el sepulcro de Doña Bárbara de Braganza que luego pasaremos a describir.

   Bajo el grupo escultórico un altar, antiguamente ubicado en la sacristía y que fue colocado aquí en 1967 para atender al culto de esta capilla.

   La sacristía es de planta elíptica y adornada de pilastras de orden jónico moderno, además de la puerta que comunica con el altar mayor ya descrita, posee cuatro  puertas más , una en cada esquina, la primera comunica con el pasillo lateral que va paralelo a la fachada  de General Castaños y otro que da acceso a un habitáculo muy  reducido en cuyo muro se encuentra una lápida de mármol que tapa al lugar donde realmente está enterrado el General O’Donnell y que se sitúa a espaldas del monumento sepulcral. Las otras dos puertas antiguamente accesos a las otras dependencias, son hoy armarios ya que las citadas dependencias pertenecen ahora al Tribunal Supremo. En esta Sacristía se puede admirar un lienzo de San Carmelo (Obispo de Teruel) realizado por Zurbarán, recientemente restaurado.

   Existen tres monumentos sepulcrales que son los de los Reyes Fernando VI , Doña Bárbara de Braganza y el del Capitán General D. Leopoldo O’Donnell y Joris.

     

   El sepulcro del Rey, D. Fernando VI, el más rico, se encuentra a la derecha del crucero según miramos al altar mayor y formando ángulo recto con lo que hoy es el Altar del Santísimo ; fue mandado construir por Carlos III con diseño y bajo la dirección de Francisco Sabatini. La urna sepulcral, sobre un pedestal, sienta con dos leones de bronce, cubierta en parte por un paño de pórfido y toda ella  construida con preciosos mármoles, a ambos lados del pedestal las figuras de la Justicia y de la Abundancia y sobre la urna la figura del Tiempo sosteniendo un retrato del Rey y bajo este dos angelitos llorando y dos esferas del mundo con una corona real. Dando colofón al conjunto un ángel y un querubín sustentando las armas reales en mármol blanco con el Toisón de Oro en bronce dorado. Todas estas esculturas fueron  realizadas por Francisco Gutiérrez.

   Sobre el pedestal puede leerse la siguiente inscripción:

HIC YACET HUIUS COENOBI CONDITOR

FERDINANDUS VI HISPANIARUM REX

OPTIMUS PRINCEPS QUE SINE LIBERIS

AT NUMEROSA VIRTUTUM SOBOLE, PATER

PATRIAE, OBIIT IVID . AUG. AN. MDCCLIX.

CAROLUS III FRATI DILESTISSIMO,

CUIUS VITAM REGNO PROE. OPTASTE,

HOC MOERORIS ET PIATATIS MONUMENTUM.

    El monumento sepulcral de la Reina Doña Bárbara de Braganza se encuentra al otro lado del muro, a espaldas  del de su marido y en el coro bajo de las monjas, hoy capilla reservad. Este sepulcro es mucho más sencillo que el anterior y su motivo principal es la urna que está situada  sobre un gran pedestal en el que se puede leer la siguiente inscripción: 

MARIA BARBARA PORTUGALLIAE,

FERDINANDI VI HISP. REGIS UXOR,

POST CONDITIUM D.O.M. TEMPLUM,

SACRIS VIRGINIBUS CAENOBIUM,

OPTATO FRUITUR SEPULCRO

ET VOTIS PROPINOR ET ARIS,

OBIIT ANNOS NATA XLVII.

VI. CAL. SEPT, MDCCLVIII.

    Sobre este pedestal  y a ambos lados  dos angelitos llorando y sobre la urna un almohadón sobre el cual se ve una calavera con una tibia y un cetro todo bajo una corona. Sobre todo el conjunto dos angelitos sosteniendo el retrato de la Reina, todo ello obra de Juan León.

   El tercer sepulcro y el más moderno es el del Capitán General D. Leopoldo O’Donnell y Joris que en un principio estaba destinado  a ser colocado en la Basílica de Atocha, donde estaba depositado el cadáver, pero viendo el mal estado de los muros de este Templo se decidió colocarlo en el de las Salesas Reales donde hoy se encuentra, aunque al no ser realizado para este lugar no va en consecuencia al estilo general de la obra .

   Este sepulcro  de estilo Renacimiento fué esculpido por Jerónimo Suñol en Roma  y realizado en mármol, la estatua yacente y la urna son de mármol créstola, el más blanco y transparente de los de Carrara y el resto de mármol ligeramente azulado del mismo lugar. En la clave del arco está esculpida la cabeza del apóstol Santiago y en la misma archivolta se ven huir los leones  salvando a saltos plantas indígenas. En los capiteles de las pilastras figuran sendas cabezas de moros aprisionados con cadenas. En las candeleras de las pilastras figuran entrelazados  armas y trajes marroquíes unidos por cintas. La archivuelta interior, que forma orla al grupo del escudo de armas, reproduce el sombrero del General, esculpido en la clave, y la faja, espada y bastón distintivos de su jerarquía.

   En el frontal del pedestal flanqueado por dos leones alados se encuentra un bajo-relieve en el que se representa la entrada del General en Tetuán tras la conquista de la plaza. Sobre este pedestal está la urna, jalonada de angelitos y guirnaldas florales, y sobre todo ello la estatua yacente del Capitán General de un gran parecido y de una gran belleza escultórica.  Al fondo y entre la estatua yacente y el escudo de armas una lápida  en la que se puede leer: 

AL CAPITAN GENERAL DEL EJERCITO D. LEOPOLDO O’DONNELL Y JORIS EN PREMIO DE INSIGNES VICTORIAS. PRIMER DUQUE DE TETUÁN Y PRIMER CONDE DE LUCENA. SE ERIGIÓ ESTE SEPULCRO POR SUSCRIPCIÓN NACIONAL.

Foto: Infocolor